MÁLAGA. La Universidad de Murcia se ha presentado en el Foro Transfiere, en el FYCMA de Málaga, con tres innovaciones que darán mucho que hablar en los próximos años. Una de ellas tiene su propia spinoff, otra ya viene en camino y a la tercera no le quedará mucho. Son unos órganos plastinados, unas gafas de corrección inteligente y un electrolizador con nuevas membranas. Paco Miñano, técnico de Transferencia de la Universidad de Murcia, es quien las muestra al público.
Los órganos plastinados, que resaltan sobre el resto de elementos del stand por su espectacularidad, son órganos reales —de cerdo, vaca, perro, caballo— a los que se les quita el agua y todo el líquido y se les mete una resina que las conserva. «Es un proceso de plastinación parecido al que hacía Gunther von Hagens, famoso hace unos años por sus obras de arte sobre el cuerpo humano, aunque lo nuestro no es con humanos y tiene una aplicación científica», explica.
Y es que este proyecto, OrganKit, tiene varias aplicaciones, pues se vende desde hospitales a universidades para hacer diferentes prácticas, como puede ser endoscopias. También, dentro de un maletín que ya se ha convertido en una seña de identidad, se llevan esos órganos a centros educativos para profesores de anatomía que quieren enseñar esta materia de manera realista, no con modelos 3D o con órganos reales que se estropean al día siguiente. «Estos órganos —señala Miñano— duran de por vida, no se estropean, se pueden manipular».
OrganKit tiene bastantes pedidos, bajo demanda, por parte de EEUU, Reino Unido y varios países europeos, según el técnico, por el gran realismo que tiene. No dejan de ser riñones, corazones, intestinos reales manipulables para la educación. Ese éxito les ha llevado a montar la spinoff Discover-In, responsables de la comercialización del maletín con órganos plastinados.
Gafas de corrección
Miñano también muestra un prototipo, el segundo, de gafas inteligentes con corrección de la presbicia, un proyecto dirigido a la óptica que nada tiene que ver ni con OrganKit ni con Discover-In. Estas gafas llevan unas cámaras que van integradas y que son capaces de, en una longitud de tres metros de máximo, coger la imagen generada por la visión del paciente y fijarla.
«Una vez hecho esto, la lente propiamente dicha, por su parte, se encarga del enfoque. Básicamente, funciona como el zoom de las cámaras, regulando la visión ajustándose a las necesidades de la visión del paciente. En lugar de tener gafas de montura para la vista cansada, este tipo de gafas permiten acomodar la visión de manera automática», indica antes de aclarar que el objetivo final es llegar a un prototipo de gafas normales con cámaras integradas. Pero no para grabar, sino para ajustar.
Una nueva membrana
En vías de montar su propia spinoff, como el proyecto de órganos plastinados— también está el nuevo electrolizador de la Universidad de Murcia, creado para generar electricidad a partir del hidrógeno aunque con diferencias. «Nosotros —especifica Miñano—no fabricamos el conjunto, sino la membrana que va al medio, que es lo más caro, lo más costoso y, en definitiva, el elemento principal de los electrolizadores».
«Esa membrana —continúa— se desarrolla con materiales nobles, como el platino y demás, quue son muy caros, por lo que se ha creado, a través de líquido iónico, una membrana mucho más barata».
Esto aligerará los costes de las pilas de combustibles, que es el gran hándicap para su desarrollo a gran escala. Por ejemplo, los coches de hidrógeno no tienen éxito por su precio y la carestía de este tipo de tecnología. Con estos líquidos iónicos, estas sales fundidas que van a la membrana, en un plástico muy fino, ya se puede hacer todo el proceso de catálisis.