Argentina ha confirmado su interés por adquirir todo el excedente de gas natural originado en la planta regasificadora que se prevé instalar en Uruguay y que comenzará a funcionar en el segundo semestre de 2017, según el texto del preacuerdo alcanzado entre ambos países esta semana.
La resolución que autoriza la firma del convenio ha sido suscrito por el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse. De concretarse el acuerdo, se convocará a la Comisión de Interconexión en un plazo no mayor a treinta días. El plazo estipulado para la compra de gas será de diez años a partir del inicio de la operación de la planta regasificadora. Mientras se prepara el funcionamiento de esta infraestructura, Argentina mantendrá el abastecimiento de gas natural, tal como se realiza hasta el momento, con prioridad en el suministro de este producto energético al sector residencial.
“Los costes operativos asociados al transporte de gas natural desde Uruguay correrán por cuenta de Argentina”, indica el texto del preacuerdo. Para definir los asuntos jurídicos, ambos países estudiarán el Acuerdo de Interconexión Energética de 1974 y el Convenio de Ejecución de este convenio, firmado en 1983.
La compañía Gas Sayago hará un llamamiento a empresas interesadas en una sociedad estratégica con esta entidad nacional de gas natural. “Después de conformarse la alianza estratégica, se definirán los pliegos para construir la planta –precisa la ministra-. Los datos de demanda concreta de gas natural y el acuerdo con Argentina forman parte de este proceso de definición”.
“A nosotros nos interesa dividirlo en etapas porque podemos optimizar los beneficios para el proyecto, tener más competencia o a los más calificados” –añade Cosse-. Cuando licitemos o tengamos una idea de cuánto sale la construcción vamos a tener todos los números sobre la mesa: cuál es la demanda, cuál es el socio estratégico y cuánto sale construirlo, y ahí tomaremos una decisión final de inversión, que habrá que evaluar”.
Ella considera que “este es un paso fundamental y muy positivo para ambos países”. “Es un acuerdo marco que establece un camino muy bueno porque no condiciona, no nos fuerza a construir una regasificadora sino que establece un marco para la regasificadora”, concluye.