La catástrofe que vive Valencia no deja lugar a cualquier otra información que se pueda comentar desde el punto de vista de la innovación. Desde Innovaspain hemos contado en ocasiones los riesgos y soluciones para situaciones de este tipo y, por supuesto, la gestión del agua en su totalidad, un tema complejo al que, en general, la mayoría prestamos poca atención. Abrir el grifo y que salga agua es un gesto tan asumido como dar a un interruptor de la luz y que la bombilla se encienda.
Esa es una parte de la gestión, pero no toda. Hablamos de gestión del agua cuando hay sequías que ponen en peligro los suministros y las soluciones te hacen pensar en plantas desaladoras, en nuevos dispositivos si pensamos en eficiencia, en obras si se trata de nuevas canalizaciones y, por supuesto, en evitar desgracias como la que estamos pasando producidas por la lluvia.
A poco que indaguemos veremos que hay grandes y continuas inversiones para mejorar el abastecimiento, para que no haya pérdidas excesivas de agua en su transporte, pero siguen siendo invisibles a nuestros ojos hasta que ocurren temas como la producida por la tristemente famosa DANA del 29 de octubre y nos enteramos de que el volumen de lluvia es importante y que las vías por donde se supone que tiene que correr el agua no cumplen, en muchos casos las condiciones adecuadas.
El proceso de la innovación empieza pocas veces por el ¡Eureka! Comienza por el análisis, sigue con el estudio de posibilidades, en función de ellas ponemos en marcha la investigación, después vienen las pruebas o test y si este proceso tiene éxito se invierte para la construcción de lo que hemos desarrollado. Y todo eso tiene que tener fechas, aun a sabiendas de que es muy probable que se tenga que seguir mejorando lo que se ha hecho. Lo explicaba muy bien nuestro candidato al premio Nobel, valenciano de origen por cierto, cuando desvelaba la cantidad de años que lleva desarrollando sus trabajos con el grafeno. Pero solo se puede desarrollar si hay dinero que pueda mantener esos trabajos. Lo mismo hay que hacer con el agua. No es fácil, pero si necesario. Administración y empresas deben aceptar que el tema agua es futuro y que cuanta menos destrucción provoque, mejor.
Es fácil decirlo pero depende de nuestra voluntad y esta tiene que estar orientada a la superación del desastre que muchos han vivido y nosotros hemos visto por la televisión, que no es lo mismo. “Aquella noche empezó para toda la gente afectada una vida completamente nueva, y no porque entrase en unas nuevas condiciones de vida, sino porque cuanto le había ocurrido hasta entonces adquiría para ellos, y espero que para todos, un sentido totalmente distinto. El futuro dirá como terminará el nuevo periodo”. Entrecomillo este párrafo porque, aunque modificado, es el final de uno de los libros de Tolstoi cuyo título tiene que ver mucho con el espíritu que debemos adoptar: “Resurrección”