Valentín Pinuaga: “En España, los innovadores no quieren ser los primeros en lanzar su producto”

Valentin Pinuaga Veritas

A Valentín Pinuaga siempre le interesó el mundo informático; de hecho, fue la carrera que eligió al entrar en la universidad. Aunque a sus compañeros les movía más el apartado de desarrollo del sector, él prefirió la parte más técnica. Sus trabajos siguientes lo atestiguan: Hewlett-Packard, DHL… Y así hasta los años 2.000, ya en Veritas, donde vio crecer Internet, la tecnología –en todas sus formas– o la innovación, que hoy forman una parte primordial del mundo. De este modo, el año pasado asumió el “reto” de convertirse en el director general en España y Portugal de Veritas, empresa dedicada a proteger la información de sus clientes.

Hace alrededor de 30 años se fundó en Santa Clara (EEUU), Veritas, una compañía de datos que lleva en nuestro país dos décadas. Para quien todavía no la conozca, no hay que confundir a Veritas con una empresa dedicada a la ciberseguridad, a la protección de datos ante diferentes ciberataques. Son un fabricante de software –aunque también cuentan con hardware entre sus productos–. Pero, sobre todo, en Veritas protegen y gestionan la información. Algo que no es sencillo.

“Nosotros protegemos, gestionamos y replicamos la información, los activos”, especifica Pinuaga. “Nuestros clientes nos piden mantenimiento y que sus datos estén disponibles ‘siempre’, además de que existan pocos riesgos”. Según él, “una de nuestras problemáticas es tratar de gestionar la información a través del contenido. Si debemos guardar activos, o no, aunque tenemos herramientas por el contenido de nuestros datos. Además, nuestro enfoque principal siempre es la gran empresa [el 80% de las compañías del IBEX 35 son sus clientes] y la administración autonómica y central, hablando en el caso de España. No llegamos al mercado de consumo”, define. 

“Cualquier movimiento que hagamos con los datos está encriptado. No se puede sacar, todo va con algoritmos. Por otro lado, tampoco se puede interpretar”. Pinuaga ilustra con una anécdota cómo de fuerte es su sistema de encriptación: “hace algunos años, en un foro típico de tecnología, montamos un gran stand en el que la compañía realizó una apuesta. Veritas propuso 10.000 dólares a todos los hackers que se encontraban allí para ver si podían sacar información de la encriptación propuesta. Hackers bastante buenos probaron. No fueron capaces”.

Aun así, Veritas España realmente “no se diferencia en especial, en comparación, a las otras filiales dispersas por el resto del mundo, en cuanto a innovación”. Lo único realmente diferente, para Pinagua, es el propio mercado nacional –si bien, según él, “los mercados son muy parecidos en la Unión Europea”–. Ese es el principal objetivo que persigue: si hay que diferenciarse, que sea solo de los competidores –y, por supuesto, para bien–. 

Para ello cuentan con dos oficinas; una localizada en Madrid y otra en Barcelona. Y la oferta es exactamente igual: tienen los mismos equipos de servicios profesionales, de soporte técnico, etcétera. 

Por otro lado, para Pinuaga, en cuanto a innovación, España “tiene un nivel bastante aceptable dentro del marco de países desarrollados. Tenemos un nivel equiparable”. Como casi todos los expertos en este sector, nuestro país no se distingue por tener un nivel superior a los punteros, pero tampoco es el peor de ellos. “No lo hacemos ni mejor ni peor”; está en la élite de lo que se le presupone. “De todos modos, en particular, la innovación en el mercado es mucho más conservadora”, razona. 

El director general de Veritas España también considera que, a la hora de innovar, “los creadores suelen cuidar sus productos con más mimo y, sobre todo, prefieren no ser los primeros, por lo que pueda pasar. Sin embargo, en el norte de Europa sí que hay una cierta diferencia con respecto a España, por ejemplo. Pero no podríamos hablar tampoco de una diferencia puramente competitiva. Los clientes quieren que ‘nada se caiga’, ni que ‘haya problemas’. En España, tenemos mucha presión para lanzar tecnología”. 

Pinuaga apunta y localiza que, en la parte de despliegue, suele haber menos aversión al riesgo. “Pero en la parte legacy, por ejemplo, prefieren hacer cambios o despliegues. Insisto: yo no veo que seamos un país que vaya por detrás de los demás en cuanto a adopción, ya que los ataques a España son globales. No somos especialmente vulnerables, pero tampoco somos un top…”. 

La informática que él estudiaba en su época universitaria ya no existe. “El mercado y la tecnología han cambiado muchísimo, es cierto, pero las personas que estamos en el sector no nos damos cuenta de las disrupciones que hay, nos parecen completamente normales. Si no innovamos morimos, hay que ser capaz de ir al ritmo del entorno. Y pasa con todos los sectores: retail, transporte… Todos están sujetos al cambio, y quieren investigar las costumbres sociales, las empresas, los usuarios, los diferentes comportamientos. Por eso se guardan datos cada vez más”. 

El mundo, es cierto, está en constante movimiento. El mismo Pinuaga entró el año pasado como director general. Afirma que, cuando llegó a Veritas, “habían cerrado uno de los mejores años de los últimos tiempos de la empresa”. Siempre habrá disrupciones, “pero bueno, lo verdaderamente difícil es mantenerse”.

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