Desde la comarca almeriense del Valle de la Almazora, Grupo Cosentino lidera un mercado altamente sofisticado. La empresa familiar produce y distribuye superficies innovadoras y sostenibles para el mundo del diseño y la arquitectura. Algunos de sus emblemas son Silestone, Dekton o Sensa, productos pioneros capaces de aunar disrupción tecnología y compromiso medioambiental. Pero esta pujanza es fruto de no acomodarse y de fabricar también buenas y nuevas ideas. Innovaspain ha hablado con Valentín Tijeras, director de Innovación y Producto de Cosentino en el marco del Foro Transfiere. El evento que marca el paso de la transferencia de conocimiento concluye hoy su XIII edición en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (FYCMA)
“Las ideas nacen donde nacen, pero eso es casi lo que menos importa”, afirma Tijeras. “En Cosentino intentamos que las ideas canalicen bien para convertirse en productos, proyectos o negocios rentables”. La empresa ha sistematizado tanto el proceso de captura de conocimiento como el camino a seguir para transformarlo en valor. “Es algo parecido al funcionamiento de los sistemas de gestión de proyectos de ingeniería; con sus etapas y sus filtros. Acudimos a fuentes conocidas. Es difícil hablar de proyectos que surjan de la inspiración o el talento individuales, lo entendemos más bien como un proceso colaborativo”.
Siempre atentos
Vivir en la vanguardia innovadora les obliga también a permanecer pegados a universidades, centros tecnológicos y emprendedores. “Nos preguntamos constantemente quien nos puede ofrecer algo diferencial y valioso, o una solución a un problema concreto. Investigamos, establecemos conexiones y guardamos relación con expertos en la materia que toque en ese momento. Afortunadamente, tenemos muy identificados nuestros vectores de innovación; las áreas que más nos interesan. La innovación es un terreno crítico para nosotros y debemos saber muy bien quién está en condiciones ayudarnos”.
En casa, en los laboratorios de investigación de Cosentino, el día a día es “frenético”. Sin embargo, Valentín Tijeras se detiene en un aspecto poco mencionado de la actividad innovadora, pero no por ello menos relevante. “Una base importante del trabajo que desarrolla la empresa consiste en crear las condiciones necesarias para que florezca la innovación. Ello requiere un entendimiento muy claro de la situación de la empresa: sus fortalezas, la labor de la competencia, los retos… La información debe fluir guiada por la transparencia. Me gusta decir que nuestros técnicos son los que más saben de mercados y que los comerciales de Cosentino dominan las cuestiones técnicas”.
Fallar para avanzar
Teniendo en cuenta las dimensiones del grupo y sus miles de empleados, Valentín Tijeras no tienen dudas: “Solo desde un entendimiento 360 grados es posible abordar los problemas. En paralelo, apostamos por algo parecido a la meritocracia. Que las ideas, vengan de donde vengan, sean reconocidas. Generamos un clima comprensivo con el error. La innovación es muy sacrificada y muchas veces, ingrata. Es importante que las personas se sientan empoderadas para fallar y volver a intentarlo. Si no, es complicado crear nada de valor”.
La próxima gran innovación de Cosentino está a la vuelta de la esquina. En la feria Eurocucina, la compañía presentará Dekton con una superficie para cocinar ya integrada. “Respondemos a la demanda de muchos de nuestros clientes. Es un producto de valor intrínseco y también un ejemplo de colaboración, ya que lo lanzamos junto a algunas marcas de electrodomésticos líderes a escala mundial”.
Gestión responsable del agua
Valentín Tijeras también ha pasado por Transfiere para explicar por qué Cosentino es un ejemplo que demuestra que necesitar ingentes cantidades de agua puede ir ligado a un uso responsable de este recurso tan escaso. En el Valle de la Almazora, la aridez es la protagonista, y el agua escasea. “Muchos se preguntarán por qué seguimos allí, si apenas hay recursos hídricos y, sin embargo, necesitamos enormes cantidades de agua para fabricar nuestras superficies. La respuesta está en el arraigo y en el compromiso con el territorio, donde somos motor económico. Ahí vamos a seguir. No negamos que el reto con el agua es mayúsculo, más si tenemos en cuenta que no paramos de crecer”.
Las soluciones que propone Cosentino para la mejor gestión del agua empiezan por lo más obvio: tratan de consumir el mínimo posible. “Eso nos lleva a involucrarnos en múltiples proyectos de I+D e ingeniería. También es importante promover la concienciación como compañía. El sueldo de los directivos depende en parte de variables financieras pero también medioambientales. La sostenibilidad es el futuro, lo que nos dará de comer mañana, así que nos medimos por el número de litros de agua consumidos en cada metro cuadrado que fabricamos”.
El grupo reutiliza el 99 % del agua que necesita
En todo caso, Valentín Tijeras recuerda que el 99 % del agua que emplean es reutilizada. “Innovar es de nuevo capital, ya que no podemos fabricar con un agua cualquiera, sino que debe ser de una determinada pureza, calidad y salinidad. Hemos terminado por convertirnos en una empresa experta en el tratamiento del agua. Importamos ideas de Israel, EEUU o Alemania para mejorar la recuperación de agua en los procesos”.
Desde hace un año, Cosentino tiene su propia planta terciaria de recuperación de agua gris en la zona, evitando vertidos y convirtiéndola en un recurso de valor económico que limita aún más el consumo de agua fresca. El agua que no pueden reutilizar la usan para regar, y han creado un corredor verde que se ha convertido en un pequeño oasis en medio de la aridez local.
A un nivel más general, Valentín Tijeras cree que en el uso adecuado del agua influyen los incentivos, tanto negativos como positivos. Actualmente no existen ayudas a la eficiencia hídrica. “No hay más que ver cómo ha cambiado el país su posición respecto a las energías renovables. En cada pueblo encontramos empresas dedicadas a la instalación de placas fotovoltaicas, que ya estaban ahí, lo que no había era subvenciones.El impulso de la administración es importante. Algo así debería ocurrir con explotaciones ganaderas o agrícolas que, a día de hoy, derrochan agua y que, con inversiones, podrían mejorar sustancialmente su aprovechamiento. Vendría bien un plan país para ser más eficientes en el uso del agua. O lo hacemos así, o vamos a aprender desde el lado oscuro, pasando necesidad”.
Emprender vs Conformismo
De su participación en la edición XIII de Transfiere, Tijeras se queda con la afluencia creciente de gente joven al evento. “El país necesita emprendedores que conviertan sus ideas en proyectos empresariales. Gente valiente que cree valor y riqueza, con ganas de asumir riesgos. Empieza a crearse un clima positivo en torno emprender, que ya es visto como una buena manera de ganarse la vida. Por el contrario, me preocupa la otra corriente, la de los que prefieren una vida cómoda y confortable, libre de riesgos, con más derechos que obligaciones. Si se impone esa tendencia, España vivirá una situación muy delicada”.