Autodefinida como compañía “global, española y de propiedad familiar”, Grupo Cosentino produce y distribuye superficies innovadoras para el mundo de la arquitectura y el diseño. Para cumplir con el objetivo de “imaginar y anticipar” soluciones que aporten valor –a través de marcas como Silestone, Dekton o Sensa by Cosentino– sus cerca de 3.500 empleados (1.750 en España) trabajan de un modo muy particular en ‘dibujar’ hogares y espacios públicos.
Este esfuerzo histórico por posicionarse tirando de vanguardia en diferentes mercados –cuenta con filiales en 27 países y el 90% de la facturación procede de fuera- respetando una idea guía y considerando las peculiaridades locales, es parte de una filosofía que les ha valido el Premio Nacional de Innovación 2016 en la categoría de internacionalización. Valentín Tijeras, director de producto e innovación de Cosentino ejerce como portavoz de la compañía con motivo del reciente galardón. Un reconocimiento que “además de ser un orgullo” refuerza la idea de “seguir apostando por la innovación”.
Echemos la vista atrás. En la década de los 40, Eduarda y Eduardo Cosentino, padres de los actuales propietarios del Grupo Cosentino, iniciaron su actividad de explotación de canteras y elaboración básica de mármoles en Macael (Almería), un recorrido del primer tramo que sirvió para llevar a la segunda generación de la familia a la constitución en 1979 de Mármoles Cosentino S.A. Se trataba de una empresa nacida con 17 trabajadores, iniciativa de Francisco Martínez-Cosentino Justo, junto a su hermano Eduardo Martínez-Cosentino, a los que años más tarde se incorporaría el tercer hermano, José Martínez-Cosentino Justo. Para entonces ya contaban en Barcelona con un pequeño almacén de mármoles, gestionado por Eduardo.
En los 80, Mármoles Cosentino, S.A. amplió su actividad comercial a distintos puntos de la geografía española y europea. En aquellos tiempos también decidieron emprender una estrategia de diversificación y expansión internacional a través de la investigación e innovación, una apuesta que tiene un primer hito con la construcción de una revolucionaria planta industrial donde se empezó a fabricar en 1990 Silestone®, que cinco años después había revolucionado su mercado. Un avance al que Tijeras suma, como piedras angulares disruptivas, la superficie ultracompacta Dekton® y Nanotech. “En los tres casos, confluyen apuestas de mucho riesgo y alto valor añadido, productos protegibles intelectualmente y de largo recorrido comercial”- señala a antes de agregar a esa ‘alineación’ tres productos: el acabado Silestone Suede; el Fregadero Integrity, “elaborado en una sola y única pieza de cuarzo”; y la reciente línea de superficies ultracompactas “con un brillo extraordinario”, Dekton® XGloss.
Asegura que la innovación está en el ADN de Cosentino. “Es parte de la compañía desde sus orígenes y está incardinada en cada empleado, empezando por el presidente y alcanzando hasta el último operario”- explica Tijeras. El directivo se refiere a esos mencionados años 80-90, momentos decisivos para entender en toda su dimensión el actual posicionamiento de la empresa. “Siempre tuvieron claro que la estrategia competitiva pasaba por ser diferentes. Para eso hubo que arriesgar y abrir nuevos caminos.
Con una facturación consolidada a nivel de grupo de 730 millones de euros, a Tijeras le ha tocado vivir en primera línea la transición hacia un escenario en el que innovar dejó de ser una opción. En la casa, y con el foco puesto en los últimos años en los que crisis y transformación han sido la extraña pareja inherente a toda estructura empresarial, Tijeras afirma que la innovación ha pasado de ser una “actividad creativa basada en la inspiración individual” a ser un proceso “estructurado” que intenta reducir los riesgos asociados a la actividad innovadora. Sofisticación y complejidad “no sólo por el nivel de los competidores”- afirma el directivo, “sino por la cantidad de avances que convierten en obsoletos los desarrollos tecnológicos poco después de haber sido adoptados”. En este sentido, y aunque admite que es la parte “menos sexy” de esta estrategia, es necesario un nivel de gestión de la innovación “muy potente para reaccionar rápido a los cambios del entorno y reasignar prioridades y foco los antes posible”.
Un día a día en el volumen de actividad y empleados obliga dentro de Cosentino a ser muy escrupulosos con el cumplimiento del mandamiento I+D con religiosidad. “Los cambios más difíciles de implementar siempre son los culturales”, y la de Cosentino es una cultura “en la que mantener el nivel de empredimiento y a la vez ser sistemáticos y rigurosos sigue siendo un reto a día de hoy”- explica Tijeras, que confiesa que pese a que ciertos protocolos son intocables para mantener la intensidad y el orden no es capaz de mirar al futuro “más allá de 4-5 años” porque lo que se nos viene encima “ya es lo bastante apasionante”. Un tiempo decisivo en el que sin embargo hay que ser precavido con la aplicación práctica de algunas tecnologías en vías de tomar la alternativa. “Aunque todos los elementos con los que interactuamos en la vida cotidiana serán inteligentes en no mucho tiempo, el reto pasa por lograr que añadan valor real a los usuarios. Si son puras curiosidades tecnológicas tendrán un recorrido muy corto y sólo las adoptarán los consumidores más techies”- añade.
Otra complejidad a la que se enfrentan es aplicar estos procesos considerando la idiosincrasia de cada uno de los mercados en los que tienen trabajan comprendiendo que el consumidor también es diferente. Para superar esta barrera, Cosentino cuenta con una nutrida red comercial con presencia local en prácticamente todos los países en los que opera. “Todo el equipo comercial sabe que es escuchado y nos transmite las necesidades locales”- apunta Tijeras, que aparte de esto, explica que todos los años reciben la visita de más de 5.000 clientes y especificadores de sus productos de más de 40 países. “Los involucramos en nuestros procesos de desarrollo y lo complementamos con focus groups con líderes de opinión en diferentes países y aplicaciones”.
A corto plazo, en la compañía está inmersos en el desarrollo de varias líneas “muy prometedoras” que pueden revolucionar el sector, y en un cambio organizativo “profundo” para hacer que la innovación sea aún más transversal a todo el equipo- concluye el directivo.