Carlos Ledó, ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), recuerda sentirse como un predicador en el desierto cuando trataba de convencer a los agricultores de que incorporaran a sus cultivos soluciones de biocontrol de plagas y enfermedades. “Era el año 2009 y teníamos que escuchar un argumento que se repetía constantemente: lo tuyo mata menos y es más caro”. Pero las cosas han cambiado y, en los próximos años, el biocontrol agrícola crecerá en torno al 370 %. Ayudarán las exigencias de la UE, ya que, en 2030, el empleo de pesticidas químicos deben reducirse en un 50 %. “Nos obliga a ser creativos y a buscar alternativas”, afirma el experto.
Ledó participó hace unos días en Madrid en una jornada organizada por PONS IP, consultora especializada en propiedad industrial e intelectual, centrada en la innovación con propósito. Lo hizo junto a los representantes de otras dos empresas con marcado acento innovador: Rubén Bonet (Fractus) e Iker Marcaide (Matteco). La voluntad de Ledó encaja con el leitmotiv del encuentro. Acumula 25 años en el desarrollo de biosoluciones. Primero en IDANI Nature (incorporada en 2018 al Grupo Rovensa) y actualmente como CEO y fundador (en marzo de 2024) de Veganic Nature. “Uno de nuestros méritos ha sido innovar en un sector tradicionalmente muy inmovilista, donde la media de edad es de 62 años”.
Una revolución
A través de formulaciones naturales avanzadas, que incluyen extractos naturales, microorganismos y derivados microbianos, las soluciones de Veganic permiten optimizar los cultivos garantizando el equilibrio entre productividad y respeto al medioambiente. “La naturaleza nos pide que hagamos algo más”, apuntaba Carlos Ledó. “Estamos listos para sustituir todos los productos químicos por otros naturales, con mayor recorrido. Es una revolución. Nuestras cuatro líneas de productos se dirigen a aquellos que quieran cultivar frutas y verduras con cero residuos químicos”.
Firme en su propósito, el equipo de Veganic ha asistido a un viraje de tendencia progresivo que, a priori, va a beneficiar el crecimiento de la empresa, cuya vocación es global. “Nos mueve dejar un mundo mejor a las siguientes generaciones. Que, el día de mañana, nuestros hijos e hijas puedan seguir bebiendo agua de un río; que los agricultores se sientan orgullosos de lo que hacen. Que recuperen el orgullo de ser los encargados de alimentar al mundo”.
El CEO y fundador de Veganic asume que la actividad de la empresa debe afrontar distintos retos. “Vivimos un periodo de cambios exponenciales en lo que respecta al clima y a la seguridad alimentaria”. Un contexto en el que cada cultivo es un mundo. “Es solo un ejemplo, pero nuestra tecnología está preparada para determinar si un extracto de canela puede mantener a raya una plaga de arañas, o si lo mejor es un tratamiento con agua fría”.
Dado que las casuísticas se multiplican, “nos enorgullece” volver a poner en valor la figura del técnico especialista, del ingeniero agrónomo, que había perdido relevancia ante el uso masivo de químicos. “Generamos puestos de trabajo en España vinculados a la ciencia y la tecnología”. En esta corriente favorable perciben que el siguiente eslabón de la cadena, el supermercado, también se sube al carro de la eficiencia sostenible y comprometida. “Los supermercados empiezan a alienarse con nuestra propuesta y a preocuparse por ofrecer a sus clientes productos cuyo origen esté en una agricultura más consciente”.
"Lo que diferencia a las empresas es el capital humano, no la tecnología"
Si la disrupción es el camino, Carlos Ledó opinaba que las agroindustrias deben cambiar de chip y aplicar una mentalidad nueva. “Ya no hablamos solo del agricultor que se ha hecho mayor, sino de obtener una mejor rentabilidad de las explotaciones haciendo las cosas de manera diferente”. El CEO de Veganic añadía que cuando empezó, nadie estaba interesado en sus extractos naturales, pero no desfalleció. “Lo que nos diferencia a unas empresas de otras es el capital humano. La tecnología está disponible para todos en un mundo globalizado. Una máquina no te hará distinto, sino un equipo alineado en valores y cultura; y un propósito bien definido. Saber qué quieres ser de mayor. Ganar dinero está bien, pero no es lo principal. Hoy, por suerte, muchas empresas de éxito incluyen una importante componente social. Debemos ser capaces de innovar también en propósito”.
Ledó puso en valor la marca como activo estratégico, pero advirtió de que “en un mercado competitivo, la marca por sí sola no es suficiente; combinarla con patentes y secretos empresariales nos permite asegurar nuestra ventaja”. Explicó que en Veganic han adoptado un enfoque híbrido para proteger su innovación: "Utilizamos patentes para resguardar nuestras tecnologías clave, mientras que el secreto empresarial nos permite proteger el conocimiento estratégico que no queremos divulgar. Así garantizamos que nuestra inversión en I+D se traduzca en un valor diferenciado y sostenible en el tiempo”.
El directivo concluyó con una reflexión sobre el difícil arte de emprender. Después de años con la maleta a cuestas a cambio de “perderme muchas cosas”, hace tiempo decidió darle tiempo de calidad a su familia. “Es un equilibrio difícil, pero esa implicación me ayuda a ganar paz mental. Solo se suele mostrar la parte bonita del emprendimiento; el éxito. Pocos te cuentan los sacrificios personales que hay que asumir”.