¿Tomarán los coches autónomos decisiones correctas? ¿Estarán dotados de la inteligencia suficiente para sobreponerse a según qué situaciones? ¿Podrán adaptarse verdaderamente a las ciudades? Estas y muchas otras cuestiones fueron debatidas en la reciente edición de South Summit, que al igual que en la pasada edición dedicó un extenso capítulo a la movilidad. Para dar respuesta a los retos que deberán afrontar los vehículos autónomos, la cita contó con Reno Marioni, Product & Service Innovation Leader BMW, que pese a pasar la mayor parte de su vida en Florida sabe lo que es trabajar en el país que vio nacer a su empresa. "He trabajado en Alemania durante los últimos años y si de algo se habla allí es del futuro de la conducción".
BMW, que lanzará sus primeros coches autónomos en 2021 de la mano del proyecto BMW iNext, que incluye nuevas soluciones de movilidad, se ha posicionado como referente de la automoción del futuro y su aplicación a las ciudades inteligentes. La clave según Marioni no es otra que "la curiosidad por hacer de la conducción cada día algo más agradable, lo cual se traduce en innovación". Sin embargo, apuntó que "parte de los retos que tenemos por delante no solo dependen de la innovación sino en la mentalidad de las personas: cómo hacer que cambien el chip de que un coche les puede llevar y traer sin que ellos tengan que moverse. El factor psicológico va a jugar un papel decisivo".
Hacer coches totalmente sostenibles, conectados y expandir el modelo de car sharing son tres aspectos en los que según Marioni "aún hay que profundizar hasta dar el paso definitivo a la conducción autónoma". A pesar de que el primer coche autónomo total de BMW prevé salir al mercado en apenas cuatro años, Marioni aseguró que "estamos ante un proceso largo" y vaticinó que "en 2030 será cuando podamos hablar de todo esto [conducción autónoma] con total normalidad, como está ocurriendo ahora mismo con los coches eléctricos, que ya son una realidad asentada".