La semilla se plantó en Cristina Contreras en su primer viaje al extranjero. En 2011 se fue de intercambio a Budapest y le sorprendió que la cultura y forma de vida fueran completamente diferentes a lo que conocía. “Me transmitió tantas emociones convivir con gente local que después de eso seguí buscando esas mismas sensaciones en mi vida diaria y en el resto de viajes que realizaba”, comenta a Innovaspain. Y de aquel brote surgió Viajar Eslou, una startup que fue seleccionada dentro de las 100 mejores según la Organización Mundial de Turismo.
La empresa se presenta como una solución ante la problemática de la despoblación y los impactos medioambientales y culturales. “El proyecto nace para promover y preservar la identidad de los pueblos a través del turismo respetuoso. Se enseña una manera de viaje mucho más real y humana que combina turismo slow –lento–, cultural, responsable y solidario”, asegura.
El objetivo es “vivir como un local más, aprender de los artesanos a diseñar sus creaciones, conocer las verdaderas costumbres del pueblo, frecuentar los lugares que los turistas no conocen y cocinar las auténticas recetas que solo las abuelas saben preparar”. Lo hacen a través de la oferta digital de esas actividades y talleres. “Los negocios del ámbito rural están desapareciendo, pero el principal factor no es que no tengan una buena propuesta de valor, sino que carecen de recursos y conocimientos para poder desempeñar su actividad en el mercado actual”, asegura Contreras sobre la conexión y exposición de los proveedores de servicios tradicionales.
Turismo destructivo y constructivo
Para llegar a ese punto, la fundadora tuvo que darse de bruces con el “turismo masivo, destructivo y vacío de sensaciones”: “Uno estandarizado y homogéneo que precisamente no era el que yo había vivido en aquel intercambio. A pesar de ello, ese primer viaje que hice en 2011 me abrió tanto la mente y me enriqueció tanto que decidí seguir apostando por lo que me gustaba”.
Estudió Turismo en Granada con la intención de mostrar una cara más amable del sector. Posteriormente, se fue de Erasmus a Letonia, estudió un Máster en Innovación y Marketing Turístico Digital y finalmente, emprendió esta iniciativa. “Surge tras vivir la experiencia de viajera y la de profesional. Y lo hace para rescatar y reivindicar la identidad cultural de los pueblos del mundo, que están en riesgo de extinción por la globalización y el turismo masivo”, resume.
La artesanía es para Contreras el pilar de las culturas del planeta. “Al fin y al cabo, sin ella no nos quedarían más que museos muertos y un mundo estandarizado e inerte”, sentencia. La importancia y cabida que tiene esas obras, unidas a la creatividad y lo local, son los ejes de Viajar Eslou: “Se ofrecen experiencias culturales típicas promovidas por los autóctonos del destino, ya que el lema es 'Conoce la realidad de los locales cuando viajas y vive experiencias que te realicen'”.
“El turismo responsable es sinónimo de viajar despacio, de apreciar los entornos sociales y naturales en los que nos encontramos y nos sumergimos”, define. Pone el foco en las personas, en su entorno natural y social y luego, en la cultura. “Y en ese orden, porque sin lo primero no existiría lo segundo. Y solo así garantizaremos que siga habiendo turismo en el futuro y que este sea sostenible en el tiempo”.
Pertenecer al cambio
Por su parte, la empresaria percibe que los usuarios que prueban su propuesta vuelven a sus hogares “con la satisfacción de haber conocido otra realidad, haberla experimentado y además contribuir a conservarla y cuidarla”. Ella confía en una conversión a través de la educación en prácticas responsables y la apuesta por quienes lideran ese cambio hacia un turismo respetuoso con los ecosistemas sociales. Se refiere a las “iniciativas que cuiden y valoren el aspecto social en sus prácticas turísticas”.
Asimismo, señala los inconvenientes: los transportes más contaminantes, los alojamientos más irrespetuosos, las experiencias más dañinas con los animales y entornos y los productos de tiendas turísticas nada tradicionales. “Estos no tendrán más remedio que reinventarse y adaptarse a lo que pide la demanda. En este caso, a lo que pedimos nosotros como viajeros responsables. Si el cambio no es liderado por estas empresas y agencias turísticas, tenemos que liderarlo nosotros. Es por ello, que recomiendo encarecidamente informarse bien como viajero sobre cuáles son las mejores opciones en lo que a turismo responsable respecta”, aconseja.