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Videojuegos para mejorar la movilidad de niños con parálisis cerebral severa

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Jimena tiene un bajo control cefálico y de tronco pero ahora “ha empezado a moverse mejor y ha descubierto que podía incorporarse hacia delante”, tal y como ha relatado Carmen, su madre. Jimena es una de las participantes en la investigación que han llevado a cabo el Hospital Niño Jesús, la Ramón Molinas Foundation y la asociación Convives con Espasticidad para demostrar cómo el uso terapéutico de videojuegos manejados mediante la interfaz Enlaza, desarrollada por el CSIC puede provocar mejoras en el desarrollo de niños con parálisis cerebral severa.

“Jugar es la mejor manera de que los niños aprendan y vean la rehabilitación como un juego que les divierte y les ayuda”, ha recordado esta madre, y bajo esa idea se ha desarrollado este trabajo, cuyo objetivo es generar una nueva estrategia de recuperación del control del movimiento del cuello y de la postura de niños con gran afectación motora. Así, el investigador principal del estudio, el doctor Sergio Lerma, ha explicado que “el sensor permite interactuar con un juego, así los niños pueden hacer sus ejercicios mientras juegan y supone un estímulo importante que permite realizar la intervención fuera de ambientes clínicos, como en casa, colegio, con amigos, etc”.

En la investigación, iniciada hace dos años, han participado una treintena de niños y niñas con edades comprendidas entre los 4 y los 17 años con patología neurológica (en su mayoría parálisis cerebral infantil). Y según ha destacado Lerma, la norma general es que los pacientes “se motivaron mucho por la novedad de poder interactuar con los videojuegos y controlar de forma sencilla las funciones de los mismos” y que “esta motivación ha demostrado ser un factor clave en los fenómenos de neuroplasticidad y en el aprendizaje de nuevos movimientos”.

Tal y como ha resaltado este investigador, hay que tener en cuenta un hecho especialmente relevante y es que “los participantes fueron niños con una importante afectación motora, por lo que obtener beneficios en tan sólo 20 sesiones es algo muy relevante desde el punto de vista clínico”. Según los resultados del estudio, tanto las escalas utilizadas para medir el control del niño sobre el movimiento de la cabeza, como los valores relativos al uso de los juegos (puntuación, velocidad de participación y cantidad de ayuda necesaria) mejoraron de forma significativa gracias al uso terapéutico de videojuegos.