La Universidad Europea (UEM), a través de su Fundación y en colaboración con la International Youth Foundation y la Laureate International Universities, ha convocado una nueva edición de los Premios Jóvenes Emprendedores Sociales. En la búsqueda de dar a conocer a la ciudadanía modelos innovadores, positivos y que motiven el cambio social, esta octava edición persigue dar visibilidad a los proyectos para formar una red de emprendedores entre 18 y 29 años a fecha del cierre de la convocatoria para la presentación de candidaturas el próximo 8 de mayo.
Desde 2008, año en que se puso en marcha la iniciativa, la UEM ha partido de la filosofía de que aunque el proyecto pueda fracasar, los emprendedores sociales nunca fracasan. Formación, apoyo de una red y visibilidad de la iniciativa son los tres principales factores del programa, que contribuirá con 3.000 euros a cada uno de los 10 ganadores. “En esta edición, tenemos el propósito de ser más que nunca un espacio de networking para quienes abanderan el emprendimiento social a través de proyectos significativos que tienen un claro impacto en nuestra sociedad”, ha explicado Andrés Pina, director y responsable de comunicación del programa.
Al involucrar a los emprendedores a una Red Nacional e Internacional de Jóvenes Emprendedores Sociales con la que compartir iniciativas, recursos, contactos y buenas prácticas, la UEM pretende potenciar valores como la confianza y la cooperación. “El hecho de que hayamos alcanzado la octava edición demuestra que se trata de una cita consolidada, que cuenta ya con una gran trayectoria en cuanto a proyectos, experiencias y personas en torno al emprendimiento social”. Una de las principales novedades de este año será “dar un paso más para que toda esta red de emprendedores sea operativa y aporte a la sociedad aún más valor, poniendo en contacto a todo ese tejido social que contribuye y trabaja por y para el progreso social”.
Se fomentarán además la generación de espacios conjuntos de trabajo que pongan en contacto a los emprendedores y les permitan, además de intercambiar experiencias, compartir casos de éxito. “Queremos contribuir a que los Premios tengan larga vida más allá de cada edición y que los protagonistas de cada convocatoria tengan la oportunidad de contar con la experiencia y los conocimientos de otros emprendedores sociales”. Para Pina, el programa marca la diferencia por “haber logrado crear toda una comunidad de emprendedores sociales en torno a una convocatoria de Premios y que esta comunidad no se suscriba a una única fecha en la agenda anual, sino que sea una realidad que se mantenga y consolide en el tiempo”.
Los participantes deberán ser responsables directos de los proyectos, que deberán llevar funcionando al menos 6 meses, y se valorarán aspectos como el liderazgo, el impacto social, la sostenibilidad e innovación. “Los jóvenes dan a todos una lección de compromiso y espíritu de ayuda con una vocación de aportar valor al progreso social. Lo que ellos ponen de manifiesto es una clara apuesta por transformar conductas y mejorar el bienestar de unos y otros. Por ello es fundamental que las universidades ofrezcamos formación enfocada en las habilidades y competencias necesarias para poder llevar a cabo estas ideas”.