En algún momento perdí de vista Villahoz, ese pueblo de Burgos que, a pesar de sus poco más de 300 habitantes, ya es una referencia internacional por albergar algunas startups, entre ellas tres de Estonia, que buscan en España esa plataforma que les acerque a un mercado que tiene como seña de identidad la lengua española.
Veo en el Diario de Burgos del 17 de septiembre del pasado año a varios personajes, entre ellos a Isidro Laso, ahora director adjunto del European Innovation Council, desplegando la bandera europea y no deja de llamar la atención que esto ocurra en un pueblo que, como decía, tiene poco más de 300 habitantes. Hasta ahora era un posible pueblo en la ruta para recorrer la comarca del Arlanza, con algunos monumentos que merece la pena visitar para completar el siempre recomendable viaje a Lerma, una referencia monumental que está solo a 15 kilómetros.
Una de las empresas estonas, CapOne Reasearch, decidió abrir oficina en Villahoz desde la lejana y monumental Tallín (Estonia) y ha arrastrado a otras empresas para establecerse en este punto de la provincia de Burgos. Hace unos días hablaba de la iniciativa de la Fundación I+E al elaborar y hacer público el empeño de diez empresas multinacionales en España en ayudar a llenar esa España Vacía sobre la que empezamos a hablar.
La creación de ecosistemas en zonas hasta ahora impensables va a producirse si espabilamos y aprovechamos las ventajas y las acciones que se pondrán en marcha con el denominado Horizonte Europa, el plan europeo para competir globalmente con la innovación que sustituye al Horizonte 2020 que concluye este año.
Hay muchos Villahoz en España, y es hora de ponerse a pensar en la posibilidades que tiene cualquier localidad para albergar, con indudables ventajas, una labor empresarial que vaya a usted a saber cómo evoluciona. Conocí Arteixo en los sesenta, y seguro que nadie del lugar imaginaba que se iba a convertir en un emporio mundial de la industria textil y de la moda.
Más al sur, en la provincia de Orense, hay otro lugar emblemático –y este está más lejos de un aeropuerto o el mar– como es Allariz, una población con poco más de 6.000 habitantes y un gran conjunto histórico monumental en el se puede descubrir más de esa moda gallega que se ha hecho internacional.
Son ejemplos de cómo la tecnología actual y las comunicaciones permiten unas opciones desconocidas para muchos, pero que son realmente interesantes por las ventajas que ofrecen en variados aspectos, entre ellos el empresarial. La despoblación del mundo rural se produjo por circunstancias concretas, pero ahora también puede producirse un periodo de regreso hacia lugares más cómodos que las grandes urbes. El ejemplo de Villahoz, o las otras localidades citadas, son buenos ejemplos para equilibrar el territorio y crear empleo donde no lo hay. Los ecosistemas innovadores, de esos que habló Isidro Laso en la reunión organizada por el Parque Científico de la Universidad Carlos III, no son palabras menores si nos las tomamos en serio y hacemos lo posible por unir esfuerzos que los hagan posibles.