La cartografía moderna, que se crea a través de satélites, puede resultar muy útil para ayudar a los servicios de emergencias a comprobar cómo se mueve la lava, dónde ha afectado o hacia dónde se mueve la masa en la erupción del volcán de La Palma. El programa de observación de la Tierra Copernicus, de la Unión Europea, permite delinear el daño causado por el Cumbre Vieja con nuevas tecnologías que, combinadas, dan muestra del verdadero alcance de la erupción.
Antonio Tabasco, embajador de Copernicus en España y jefe de la división de Observación de la Tierra y Análisis Geoespacial de Espacio de GMV, explica que la monitorización del volcán de La Palma se está haciendo con monitorización in situ y con satélites. Y que no se estaba haciendo una monitorización específica del volcán previa al evento pero sí que, al ocurrir la erupción, se ha activado el servicio Copernicus de Emergencias y se proveen mapas y cartografía de forma continua.
Ahora mismo, para esta monitorización se están utilizando dos satélites: uno óptico y otro radar. “El radar tiene la ventaja de que atraviesa las nubes, pero permite una imagen menos clara de la superficie. Con ambos, lo que se está haciendo es una cartografía de referencia. Se está delineando toda la masa de lava que se está moviendo y cómo afecta la masa de lava y su progresión a la infraestructura subyacente: poblaciones, carreteras, líneas eléctricas… Todo se está señalizando. Y además, se modeliza para predecir un poco el destino que lleva”, indica Tabasco.
La delineación, matiza, no es una predicción, pero sí lo es cuando se muestra hacia dónde se dirige. Por ejemplo, si se ve que la masa de lava se dirige hacia el mar y lleva un ritmo de velocidad adecuada, se podría asumir ese movimiento. O si la lengua de lava tiene una anchura determinada, si hay ramas en la lengua de lava, si hay desviaciones o si hay una velocidad que se está monitorizando se puede saber cuánta extensión va a cubrir y cuándo llegará a la costa. “Si es que llega”, apunta.
Las delineraciones del volcán de La Palma
La cartografía que se ve es la que es y se puede comprobar de forma gratuita en la propia web. Pero no se lanzan datos predictivos. “No está pensado para crear datos de la erupción y que sirva a Copernicus u otras iniciativas. Los datos se generan y, obviamente, después se pueden utilizar e investigar sobre ellos. Pero Copernicus no está pensado para eso, para extraer conclusiones”, afirma Tabasco.
En las dos imágenes se pueden comprobar las fotos radar de alta precisión. En la primera –la pequeña de arriba a la derecha–, se muestran las zonas amarillentas –las zonas del volcán de La Palma–, y los pequeños rastros que deja era lo que escupía el volcán. Esta progresión se traslada a la segunda imagen –principal–, delineada, porque así resulta más sencillo verlo.
“Y así es como se va modelizando, desde el punto principal del volcán. De hecho, hay varios días y se puede comprobar en la web cómo la delineación se va ampliando. Se pueden comprobar las carreteras destruidas, cuáles se pueden utilizar… Permite que los servicios de emergencia, en el caso de que utilicen esta cartografía, puedan tener más información sobre cómo poder actuar”, explica.
Los servicios de emergencia de Copernicus los activan representantes nacionales en cada uno de los países, no lo puede activar cualquiera. Esos representantes nacionales hacen la solicitud e inmediatamente se ponen a trabajar la institución y el conjunto de empresas que estén trabajando y le dan los mapas, que a su vez se entregan a los representantes. En España hay distintos: Protección Civil, por ejemplo, es uno; ministerios… Hay varios usuarios autorizados que pueden conseguir estas imágenes para mejorar su labores en la isla.
El programa Copernicus
Copernicus es el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea. Comprende tanto observación por satélite como datos in situ. Es un servicio que se ofrece de forma gratuita y que está gestionado por la Comisión Europea, la Agencia Espacial Europea y otras entidades. Y que cubre seis áreas temáticas: atmósfera, mar, tierra, cambio climático, emergencias y seguridad.
Está muy diversificado, cubriendo distintos temas, seis líneas temáticas y distintas instituciones dan esos servicios. Por ejemplo, en temas medioambientales está la Agencia de Medioambiente Europea, que provee servicios basados en Copernicus; en temas de seguridad está la Agencia de Fronteras (Frontex) y la Agencia de Seguridad Marítima (EMSA), que está en Portugal. Hay distintas agencias y se da tanto en agricultura, medioambiente, forestal, seguridad…
Tabasco indica que algunos de los servicios que dan estas instituciones se subcontratan a diferentes consorcios de empresas. Y GMV, donde trabaja, está presente en los consorcios de empresa tanto de seguridad como de emergencias, que son dos líneas distintas. “Trabajamos con Frontex, con el Centro Europeo de Satélites y con el Servicio de Emergencias”, aclara.
Cabe recordar que uno de los grandes hitos de Copernicus ha sido los lanzamientos de los satélites Sentinel. Dentro de esas misiones hay otro grupo de misiones asignado, con un número determinado de satélites. El aumento del número de satélites hace que el tiempo de revisita de los satélites sea mejor y, por tanto, se pueda monitorizar mejor la superficie de la Tierra. “Eso es muy positivo –asegura–: al ser los datos gratuitos, se ha convertido en una alternativa bastante potente con respecto a EEUU, por ejemplo».