Si muchas ideas surgen a raíz de experiencias personales, el caso de VR-CARDIO, desarrollada por Spika Tech, se lleva la palma. En 2004, el padre de Cristina Zúñiga sufrió un ataque al corazón, lo que despertó en ella un creciente interés por las patologías cardiacas y cómo ayudar a combatirlas con tecnología. Una primera alianza con HP y la Universidad Rey Juan Carlos, y la posterior incorporación del CETEM (Centro Tecnológico de Murcia) y el Hospital Virgen del Rocío de la Arrixaca, sientan las bases de lo que hoy es VR-CARDIO.
A grandes rasgos, VR-CARDIO consiste en una solución I+D no invasiva para la prevención y el diagnóstico de arritmias con una visión holográfica estereoscópica tridimensional del corazón en 360 grados. “A día de hoy, no existe nada así en el mercado”, asegura Cristina Zúñiga a Innovaspain. El objetivo de la startup es reducir el proceso de ablación de la 4 horas a los 20 minutos, así como minimizar los falsos positivos y negativos.
“Hemos conseguido cinco veces mejor resolución que los actuales sistemas de navegación cardiaca (SNC)”. Zúñiga añade que VR-CARDIO permitirá a la sanidad pública y privada reducir los costes en este campo entre un 80 y un 90 %. “Y, lo más importante, dado que puede utilizarse a nivel preventivo, ¡salvará vidas!”. La relevancia del proyecto es clara: cada año, esta enfermedad mata a 4,5 millones de personas.
Un paso de gigante
Spika Tech se hacía unas semanas con el premio del Ayuntamiento de Madrid Mujeres Emprendedoras 2021. Pero el año termina para ellos con un hito vital para su continuidad, tras ser seleccionados por el programa Horizonte Europa dentro de la convocatoria EIC Accelerator Pilot. “Con esta ayuda llevaremos nuestro proyecto de TRL6 (demostración de prototipo en un entorno relevante) a TRL8 (sistema completo y certificado a través de pruebas y demostraciones)”. Según los cálculos de la compañía, una inversión de 3,4 millones de euros permitiría a VR-CARDIO estar en el mercado a lo largo del primer trimestre de 2023.
Y es que la CEO de la startup no duda de que, hasta el momento, el mayor obstáculo al que se han enfrentado ha tenido que ver con la búsqueda de financiación. “Basta con echar un vistazo a los medios y escuchar a nuestros científicos para constatar que somos uno de los países con menor inversión publica en I+D”, lamenta. “A esto hay que añadir que los canales tradicionales de financiación -banca, entidades públicas- ni confían ni apoyan a las pymes que quieren investigar”.
Más apoyo
Zúñiga recuerda el caso concreto del programa Cervera, impulsado por CDTI. “Son fondos parcialmente reembolsables apoyados por el Estado a través de un fondo técnico creado a tal efecto para que las pymes podamos acceder a ellos. Pese a todo, tuvimos que depositar un aval del 5 % del total del presupuesto concedido (637.208 euros)”. Hasta el momento, solo han recibido (en septiembre de 2019) un adelanto de 189.000 euros. “Aunque el proyecto está cerrado y presentado para su auditoría por parte del CDTI desde el 31 de agosto de este año, todavía no han desembolsado el resto del capital comprometido y escriturado en un contrato elevado a escritura pública”.
Dificultades económicas aparte, en Spika Tech son conscientes de que tienen algo grande entre manos. “La investigación siempre es muy dura y esquiva con el éxito, también con las alegrías que encontramos por el camino. Las pruebas en el hospital, las primeras pruebas de software, los test de laboratorio… nos han dado satisfacciones porque hemos podido ver cómo avanzaba el trabajo y que los resultados eran muy prometedores”. Ahora ha empezado la cuenta atrás para que VR-CARDIO esté pro fin en la calle.