Repsol ha llegado a un acuerdo con Enagás para desarrollar una tecnología que les permita producir, como hacía en sus inicios la petrolera española, hidrógeno renovable. Este combustible, que solo produce agua a medida que se consume, tiene un impacto ambiental mínimo. El objetivo del proyecto es que, a medio plazo, las dos empresas “puedan incorporar este gas obtenido por el nuevo proceso de baja huella de carbono a sus respectivos negocios, mejorando la sostenibilidad y la eficiencia”.
Con este acuerdo, ambas compañías impulsarán el desarrollo de la producción de hidrógeno utilizando como principal fuente la energía solar, “reduciendo la huella de carbono en más de un 90% respecto a otros procesos convencionales para la obtención de este gas”, explican en un comunicado. Así, el hidrógeno renovable obtenido por este nuevo proceso podrá ser utilizado por la primera tanto en sus procesos de refino, para producir combustibles más limpios reduciendo la presencia de azufre, como en el negocio químico, en procesos convencionales como la hidrogenación del caucho.
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De hecho, como destaca la petrolera, “es la primera vez que se alcanza un acuerdo tecnológico en el que integra a un socio en la cadena de valor para acelerar el despliegue de un proceso que ha sido desarrollado en su fase inicial por el Centro de Tecnología Repsol”. Y es que la compañía ya tiene registradas tres familias de patentes, dos de ellas ya concedidas en Europa. Asimismo, este proyecto también es el resultado de un trabajo de investigación que, desde 2014, lleva a cabo un grupo de investigadores de la compañía junto con expertos de esta materia.
Por otro lado, para Enagás, esta iniciativa entronca con la estrategia de desarrollo de energías renovables no eléctricas, como el hidrógeno y el biogás/biometano, de la compañía, “que son nuevas soluciones energéticas que pueden desempeñar un papel fundamental en el proceso de transición energética marcado por la Unión Europea”.