Su CEO, Marta Llaquet, las define como "actuales, respetuosas con el medio ambiente y muy cool". Además de por su colección de zapatillas, la startup Wado puede presumir de haberse convertido en la firma de moda española más importante de la historia de la plataforma de crowdfunding Kickstarter (por encima de otro referente del sector como Hawkers). Los tres jóvenes fundadores necesitaban 11.000 euros para llevar a cabo la producción de su primera colección, pero en poco más de dos meses la cifra ha llegado a más de 360.000 euros.
El diseño unisex de las sneakers inspirado en los años 80, el precio ajustado a las posibilidades del consumidor y un proceso de producción respetuoso con el medio ambiente son los tres pilares con los que Wado ha conquistado a los mecenas que han apoyado el proyecto desde 75 países del mundo. "Cuando iniciamos esta aventura nos dimos cuenta de que hacía falta en el mundo de la moda sostenible una firma que siguiese las tendencias actuales. Muchas firmas confunden lo sostenible con lo hippie", explica Llaquet.
La primera colección de Wado consta de seis modelos distintos de zapatillas, todos ellos con el blanco roto como color base, con detalles en cinco tonalidades distintas (verde, granate, negro, azul y beige). Además, como símbolo de su actividad de reforestación, han incluido un detalle de corcho en la lengüeta, que estará presente en todos sus productos. "Nuestro objetivo es ser cada día más sostenibles, trabajando con los mejores materiales y consolidando un modelo de negocio diferente".
POR CADA ZAPATILLA, DOS ÁRBOLES
La producción se realiza en el hub que se ha creado en los alrededores de Oporto (Portugal). Allí, los shoe-makers han desterrado el cromo y otros metales pesados contaminantes de los diseños de Wado. Este tóxico se encuentra entre los diez más peligrosos del mundo, es imposible de destruir y, además, puede provocar enfermedades como la tuberculosis. Además, por cada par de zapatillas que Wado vende, la ONG ‘We forest’ planta dos árboles en la India. Es el compromiso al que la firma ha llegado con cada uno de los consumidores. “Creemos que todo el mundo puede ser un ‘Gamechanger’, alguien que de manera más o menos consciente quiera empezar la transición hacia un estilo de vida más sostenible. Nuestra misión es inspirar a consumidores y a otras marcas”, asegura Llaquet.