No hace falta ser un genio para saber que el H2O es el componente del agua. Su molécula está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Pero aquí va la pregunta del millón de dólares: ¿se puede hacer agua de la nada? La respuesta es sí. Condensar líquido de la humedad del aire es algo que se puede hacer sin problemas. El reto es que el proceso sea sustentable como para por ejemplo, llenar una botella para una persona en una zona de desastre. O en una comunidad marginada sin potabilidad. Un equipo de estudiantes ecuatorianos han dado en el clavo y creen que con su invento, Water-Y, el problema de abastecimiento será cosa del pasado.
El proyecto surgió en 2017, meses después del devastador terremoto de 7,8 grados que dejó sin vida a casi 700 personas en Ecuador. Doménica Garzón, de 23 años, cuenta en una videollamada con Innovaspain que el proyecto nació “para resolver las problemáticas en el acceso al agua limpia”. La física ecuatoriana, a punto de titularse, inició con la idea antes de entrar en el primer semestre en la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay. Ahí formó el equipo que hoy funciona como la columna vertebral del proyecto: Ariel Cabrera, Cynthia Arias —ya no forma parte del proyecto— , Cristina Rubio, y Carlos Chipantiza. Una ensalada de áreas de especialidad donde se integraron físicos con químicos y matemáticos.
La nanotecnología, clave en el invento
El artefacto, básicamente, toma la humedad del aire y la pasa de estado gaseoso a líquido a través de un prisma. La diferencia entre otros dispositivos del mercado y el de Water-Y es la nanotecnología. “Pusimos un recubrimiento con un nanomaterial orgánico. Esto hizo que incrementara la cantidad de agua que puede ser condensada del ambiente”, explica la científica sudamericana. Este proceso garantiza que el fluido sea limpio, ya que el proceso de condensación funciona como una especie de purificador. Según explicó la CEO en una entrevista con RT en Español, los condensadores actuales de un metro cúbico producen cerca de 220 litros. Mientras que con el modelo que ha creado, con esa misma extensión se puede incrementar a 500 litros.
Garzón se congratula de la innovación que han traído al mundo: «Hasta ahora los condensadores que ya existían no eran eficientes en relación con la cantidad de energía que requieren. Lo innovador es la nanotecnología que hemos introducido«. Ahora el proyecto está en busca de financiación. En la parte logística, el equipo de Garzón está en vías de lograr un convenio con una empresa peruana para que les den suficientes condensadores. “Estamos en proceso de un plan piloto para una comunidad cerca de donde se encuentra la universidad y en Galápagos”, amplía la física.
Actualmente Water-Y se encuentra entre las finalistas en la aceleradora mundial Holt Prize, conocida en el mundo académico como el Premio Nobel de los estudiantes. Los ecuatorianos superaron en el camino a más de 30.000 equipos de diferentes partes del mundo. Ahora están entre los 30 más afortunados que están en la búsqueda de ganar un capital semilla de un millón de dólares. Aunque al tratarse de un año pandémico, Garzón desconoce si habrá una excepción como en el año pasado, donde hubo 10 triunfadores con 100.000 dólares cada uno.
“Hay que apuntar a la ciencia”
Water-Y no es un caso de éxito aislado. La universidad Yachay Tech ha sido el caldo de cultivo para que salieran otros proyectos semejantes, todos basados en la investigación científica. Uno de ellos es Offlinepedia, la Wikipedia sin internet para comunidades marginales, cuyo fundador Joshua Salazar también habló con Innovaspain en febrero. ¿Cuál es el truco para tantas historias como estas dos? Garzón, como no podía ser de otra forma, tiene la respuesta: “Hay que apuntar a la ciencia”.
La física, practicante en Alemania del prestigiosa Sociedad Max Planck para la Promoción de la Ciencia, amplía la reflexión: «Muchos países creen que la ciencia no es algo que tenga un impacto en la sociedad e invierten solamente en la parte del emprendimiento, cuando en realidad es una sinergia. La innovación viene de la ciencia».