Antes de hablar o caminar, Marta y Eva Yarza ya pintaban. Las gemelas de 32 años nacidas en Vigo lo siguen haciendo. Pero ya no manchan las paredes de casa, como cuando eran unas crías. Sus ideas de diseño las plasman en conceptos que ahora utilizan las marcas más prestigiosas del mundo. La brocha es un ordenador y el lienzo varía desde los muros de Londres para una campaña de Adidas para el Mundial de fútbol, el logotipo de la MTV o una botella de Smirnoff. Desde que fundaron en la capital inglesa su estudio (Yarza Twins), hace menos de cinco años, no se han cansado de sumar éxitos. El más reciente, el Premio Gallego de Innovación y Diseño 2021 de la Xunta. Solo un año después de hacerse del Premio Nacional de Diseño del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Es curioso: se podría decir que todo comenzó con el brief de un producto que aún no existía. Marta y Eva tenían 18 años cuando se enteraron de que la Panificadora de Vigo, una fábrica abandonada en el corazón de la ciudad, justo a un lado del Concello, iba a ser derribada. Pese a su corta edad, ya apreciaban el valor estético e histórico de muchos de los edificios de su tierra: “[La Panificadora] es una de las primeras construcciones íntegramente hechas de hormigón armado en España. Nos pareció que era nuestra labor salvar el patrimonio de la ciudad, aunque fuera industrial”, cuentan las dos hermanas en un correo electrónico. Las gemelas lanzaron una campaña de recogida de firmas para detener la demolición. Reunieron más de 5.000 signaturas y el edificio se mantuvo en pie.
Poco después de su primer triunfo como activistas, las Yarza Twins se fueron a Madrid a estudiar. Emprendieron una una senda distinta. Eva se graduó en Bellas Artes y Marta en Arquitectura Técnica. El diseño todavía no estaba en su radar, pero cuando Eva tomó una clase se enamoró por completo. Era cuestión de tiempo para que le pasase esa pasión a su hermana. Será cosa de gemelas. “Después nos fuimos a Londres, a Central Saint Martins a estudiar un máster de dos años en Diseño Gráfico”, rememoran. El mercado era agresivamente competitivo. Además, estaba la siempre sólida barrera del idioma. Eran los tiempos de la poscrisis económica pasada. Un ‘sálvese quien pueda’ en el mercado laboral. Sin embargo, la vida les depararía con una oportunidad para cerrar el círculo que comenzaron unos años atrás en Vigo.
Clientes como Converse, Vodafone o Microsoft
En Yarza Twins siempre quisieron diseñar una campaña para un museo. Así que pensaron: “¿Y si lo hacemos para La Panificadora? Como si fuese uno”. La historia de cómo la fábrica había sido salvada —pero seguía ahí sin un plan para resignificarla— y la marca ficticia que idearon para convertirla en un centro cultural se volvieron virales. “Nos empezaron a contactar revistas de diseño de todo el mundo: China, Estados Unidos, Reino Unido, Japón…”, cuentan. El seísmo que provocaron tuvo réplicas en su ciudad natal, donde el alcalde socialista Abel Caballero decidió emprender un proyecto de recuperación para el edificio (albergará una escuela de cocina, un restaurante, un mirador, salas para talleres y salas de exposiciones). Las gemelas son muy conscientes de cómo el destino las entrelazó con su pasado para proyectarlas mundialmente: “Siempre nos gusta decir que nosotras salvamos a la Panificadora, pero que la Panificadora nos salvó a nosotras”.
Ahora sus clientes no son un supuesto, como lo era el museo de aquel edificio emblemático en la capital de provincia. Su cartera va desde Converse, HP, Microsoft, Fórmula-E, Huawei, Mika, Vodafone. Cada concepto contiene un maravilloso juego de colores vívidos y tipografías disruptivas.
El éxito de Yarza Twins puede resumirse en un vistazo a su vitrina llena de trofeos. En la web de su estudio uno debe darle abajo con el ratón por un buen rato para terminar de ver todos los reconocimientos internacionales. Hay de todo. De las cosas que más capta la atención de hasta el más ignorante del mundo del diseño es que en 2018 fueron seleccionadas como unas de las 15 profesionales del sector más interesantes del mundo por la revista Print Magazine. Cuando se les pregunta por su impresionante palmarés con una edad tan corta y con un estudio que no llega al lustro, la respuesta es un reflejo de humildad: “Los premios, en nuestra opinión no son sinónimo de éxito, sin embargo, ayudan cuando se lleva un estudio de diseño joven”.